jueves, 31 de enero de 2008

MADRE, ESTE KARAOKE VA POR TI

Y a veces llego con mi música de otra parte. Mi ubicación no es lo de menos, esta vez el centro corona mi ego. Escucho a los miembros de esta cofradía informal y siempre habrá alguno que destella. Y luego los asombros, los asentimientos, los aplausos sinceros y los silencios que huelen a envidia. Por supuesto yo he venido a mentirles otra vez, a perfeccionar el arte del engaño, a consumar un timo más. Me hago cómplice del sistema, sé de mis limitaciones. Pido que disminuyan varios tonos para que mi voz ronca pueda escucharse sin lastimar. Y de pronto tiemblo como si fuera a dar un primer examen. Escucho la música orquestada de la canción original y me consuela saber que mi voz se diluirá, pasará desapercibida en el paisaje musical sin desentonar. Y canto, como una plegaria, como una oda a la alegría, como un homenaje a la amistad, como un mensaje inconcluso, como un grito del corazón, como un llamado a la paz. Olvido que llevo el engaño a su máxima expresión y me descubro cínico, descarado. Les demuestro que algo aprendí en este adiestramiento de varios años. Y cuando me aplauden impelidos por una obligación auditiva de consenso, sé que es por ti. Sé que la magia surtió efecto de nuevo. (alfredo guerrón.Les dije que me gusta escribir,esta vez sobre una reunión de karaoke)

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