sábado, 2 de febrero de 2008

COMO ES QUE APRENDÍ A CANTAR

El canto me ha acompañado a lo largo de mi vida ( y desde hace algún tiempo a lo ancho, porque estoy subiendo de peso ), me ha dado grandes satisfacciones espirituales y ha sido parte de mi felicidad. Yo pertenecí al coro de mi colegio desde primaria y de manera innata respetaba el compás y por "oído" fácilmente me integraba a una melodía. En Primaria, en el colegio "Santa Rosa" de los hermanos maristas, gané un concurso de canto interno con la canción " Debes Comprenderme" de Iphoo; en Secundaria (en el mismo colegio ) gané otro concurso de canto interno con la canción "Cosas de la vida" de Roberto Carlos. Mi familia tiene como una virtud el saber cantar, mis hermanos cantan, Frano, es el mejor, realmente lo hace muy bien, Calín canta como yo, mi hermana Malena también canta y su hija Kathy lo hace muy bien. Cuando gané el concurso en Secundaria, mi hermano Frano ganó en la categoría inferior. Me clasifiqué al concurso provincial de Sullana que se realizó frente a un estrado en el estadio. Esa experiencia fue sencillamente espectacular, fue enfrentarse a un público cercano a 800 personas. Felizmente, mi colegio teníamos a nuestro favor la barra del colegio religioso de mujeres, el "Santa Úrsula". Ganó un muchacho de un colegio nacional Luis León Mendoza, un showman y gran cantante. Yo quedé sexto. Por aquellos años no tuve una guitarra propia. Pero gracias a Walter Reyes y Calín Deza, grandes amigos, que me daban prestadas sus guitarras en oportunidades distintas y que me enseñaron algunos acordes, rasgueos, canciones, es que logré aprender algo. Es así como aprendí por lo menos a acompañarme. Ya en Lima y en la Universidad tuve un paso fugaz en la Tuna Universitaria. La verdad es que no pude seguir el endemoniado ritmo de juergas de la Tuna y renuncié. Un amigo de Tumbes, compañero de promoción en la Facultad de Medicina: Nicolás Ramos Timaná ( sé que hoy es un pediatra del hospital Naval ) me dió prestada su guitarra por un lapso muy largo, 2 años. Esta guitarra era obra de un gran luthier de Sullana el señor Castillo, el modelo se basaba en la escuela española y sonaba muy bien. Hasta que hace unos 10 años decidí comprarme una guitarra y descubrí, para mi sorpresa, que uno de mis más caros anhelos no era tan caro. Luego sucedió que mis compañeros de trabajo me regalaron otra guitarra por mi onomástico. Y así pude practicar una de mis aficiones favoritas. Y finalmente descubrí el karaoke con lo que pude desarrollar a través de varios años mi pasión por el canto. Siempre que voy al karaoke le dedico muy íntimamente por lo menos unas dos canciones a mi madre. Yo creo que cantando se purifica el alma, se desechan las penas, se magnifican las alegrías, se glorifica a Dios, se respira más profundo; cantando alimentamos el espíritu, sonreímos, actuamos, vivimos otras experiencias, olvidamos rápido, proponemos coros, damos otros ejemplos a seguir, avisamos de nuestra presencia. Cantando se vive mejor. ( alfredo guerrón )

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